Los plásticos no solo contaminan los océanos y afectan la biodiversidad, sino que también contribuyen significativamente al cambio climático.
Según un informe reciente del Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL), las emisiones generadas por la producción y el ciclo de vida completo de los plásticos son equivalentes a las emisiones anuales de 200 plantas de carbón. Si esta tendencia continúa, se prevé que para el 2050, la contaminación por plásticos podría llegar a ser equivaliendo a las emisiones de 600 plantas de carbón.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) destaca la necesidad de una transición hacia una economía circular y sostenible para reducir la dependencia de los plásticos desechables y fomentar el reciclaje. Esto incluye el uso de materias primas renovables para la producción de plásticos y una mayor eficiencia en el uso de los recursos (European Environment Agency’s hombre page).
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado este problema debido al incremento en el uso de plásticos desechables, como por ejemplo mascarillas y equipos de protección, generando más residuos plásticos y dificultando los esfuerzos para reducir la contaminación plástica. Estas informaciones subrayan la urgencia de tomar medidas para mitigar el impacto
ambiental de los plásticos y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París para mantener el aumento global de la temperatura por debajo de los 2oC. Es fundamental promover políticas que reduzcan la producción de plásticos a partir de combustibles fósiles y aumenten las tasas de reciclaje y reutilización (Fundación Aquae).