Una reciente publicación de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) de España ha arrojado luz sobre el desempeño del reciclaje de plástico en el país. Las cifras revelan una cruda realidad: sólo el 41,3% de las botellas de plástico de un solo uso puestas en el mercado español en 2023 fueron efectivamente recuperadas para su reciclaje. Esto está muy por debajo del objetivo del 70% que exige la ley para ese año, y aún más lejos del objetivo del 90% fijado para 2029 -mención al margen de los datos de reciclaje de plástico del 69% difundidos por Ecoembes.

Es encomiable el esfuerzo de transparencia del MITECO en la publicación de estos datos. La conclusión del ministerio de que es necesario un Sistema de Depósito Devolución (DRS) para cumplir los objetivos de reciclaje se alinea con la implementación exitosa de tales sistemas en otros países de la UE.

Si bien el cronograma exacto para la introducción de un DRS en España aún no está claro, su impacto potencial será significativo. Estará en el punto de mira no sólo por su impacto sino también porque debe dar certeza y acelerar la plena implementación del Reglamento de Residuos de Envases 2022/2023 de España.

Esta norma, que está vigente, todavía se sigue vagamente en algunos de sus artículos.

Algunos puntos a considerar:

● Un DRS requerirá enormes inversiones y cambios operativos en los sectores de embalaje, reciclaje y distribución.

● Probablemente conducirá a una reevaluación de los costes de los envases de plástico, en muchos casos externalizados a la administración pública cuando se trata de su recogida como residuo.

● Requerirá estrategias que promuevan un cambio de comportamiento de los españoles en relación al packaging.

● Promoverá el debate sobre cuál es el verdadero impacto ambiental del reciclaje y si es siempre la solución óptima. Los estudios sugieren que los sistemas de embalaje reutilizables, incluso con un número modesto de usos, pueden ser más respetuosos con el medio ambiente.

● Por lo tanto, es crucial pensar cómo esta transformación también puede respaldar un cambio hacia envases reutilizables, donde puede generar mayores beneficios a largo plazo.

Aún está por ver qué tan rápido evoluciona esto, pero es un cambio radical en el sistema de devolución de residuos plásticos en España, que requerirá una gran inversión y nuevos procesos en su conjunto para el envasado, reciclaje y distribución de alimentos y bebidas. No menos relevante, un cambio de comportamiento para los españoles. Pero lo más importante es que, de confirmarse, también dará certidumbre al pleno despliegue e implementación de la normativa española sobre residuos de envases aprobada en 2022/2023, que en algunos de sus aspectos podría decirse que está vigente.

Finalmente, este proceso revisará los costes del reciclaje de envases plásticos, que en gran medida han sido externalizados a la administración pública, y aportará una visión completamente nueva sobre el coste real, la responsabilidad y la sostenibilidad de las diferentes opciones de envases. Uno que cuestionará una vez más si el reciclaje es la solución milagrosa para todos los casos o si existen mejores alternativas. Hay estudios que respaldan que los sistemas de reutilización son una opción más respetuosa con el medio ambiente, con un punto de equilibrio de sólo 3 a 6 usos. Y para los usuarios hay poca diferencia en el proceso post-consumo una vez que tienen que guardar los envases en una bolsa separada para su devolución. Es el momento adecuado para repensar si toda la inversión y el cambio que implican estos datos pueden tener un mayor retorno triple al pasar la aguja a los sistemas de embalaje reutilizables.